martes, 17 de diciembre de 2013

Ángeles




Un ángel los mira desde el balcón más alto
Con sorpresa y un poco de envidia
Se miran a los ojos fijamente
Dejando todo su deseo salir  por las pupilas

Sus manos se entrelazan con fuerza vehemente
Todo su cuerpo vibra

 Con un mismo suspiro
Con el sabor salobre de sus besos.

Sus caricias furtivas anticipan un encuentro de felinos en celo
El sudor empieza a nacer entre su pubis
Y sus senos despiden vapor   de volcanes rugientes

El lenguaje de su cuerpo es su deseo.


II

Se cubrieron con un secreto a voces
Tras la sombra de anaqueles milenarios

Alcahueteados por Anaís , George Sand y Miller
Ignorando todo el mundo a sus espaldas
Ya no existe el mar ni existe el cielo
                                                 Ni el vacio
Ni el tiempo o la distancia
Solo existen dos
                                   O sólo  uno
Solo existe una fragancia que se escapa al infinito
Para no volver jamás donde ha nacido.


Odiseo

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